lunes, 28 de marzo de 2011

Mi pequeña inspiración.

Parece que todo ha sido tan repentino, que no me pongo a ver que quizás yo lo sabía. Que muy dentro de mi, sabía que esto se acercaba, pero mi amor y mi felicidad me impidieron ver lo que realmente era. 
Me impidieron ver que nada ni nadie es eterno y que tarde o temprano hay que decir adiós. Vaya, decir adiós es algo realmente difícil, pero, ese es un privilegio que no se me ha concedido, ahora debo vivir sabiendo que se la han llevado lejos y ni siquiera tuve la oportunidad de decirle un adiós. 
De darle un beso muy fuerte y pedirle que aunque pasen los años y ella crezca no me olvide y que tenga por seguro que yo no lo haré. Decirle que si algún día necesita alguien en quien confiar, alguien que la apoye, yo estaré siempre dispuesta a ayudarla y escucharla. Decirle que se gano mi amor eterno, que me enseño que hay un amor tan puro, tan limpio y tan inocente como el amor que puede ofrecerte un niño. Que desde el primer momento en que la tuve en mis brazos, sentí como se hacía grande mi corazón, como si quisiera decirle que estaba listo para dejarla entrar. 
Fueron tres años, que compartí con ella, tres años llenos de alegrías, después de todo es lo único que ella me dio, alegrías. Ahora me siento triste por recordar la última vez que la vi, el día de su cumpleaños número tres, recuerdo que estaba por irme y empezó a llorar, me dijo que no me fuera que me quedará con ella, insistí pensando en que ella estaría de aún cuando yo regresará, le dije que me tenía que ir, me pidió que la llevara y después de un momento me marché, dejándola llena de llanto, vaya, vaya ahora la que llora como una niña pequeña soy yo.


Muchas veces me dijeron, no te ilusiones demasiado con ella, tiene a su madre y ella tarde que temprano querrá llevarla lejos, ahora pienso por qué diablos no hice caso, por qué me permití sentir todo ese inmenso amor, por que me permití ser lastimada de esta manera.
Ahora solo siento, dolor, tristeza. Toda mi casa, sin excepción alguna está repleta de recuerdos suyos, fotos, juguetes, dibujos, ropita, todo, hacía donde quiera que miro me encuentro con algo que me hace recordarla, con algo que me hace sentir más sola y más triste aún. Quisiera que todo fuese una mala broma del destino, que solo sea una prueba más en mi camino, sé que todo esto es demasiado precipitado que quizás estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua, pero en el corazón no se manda y es imposible que mi cerebro haga que mi corazón deje de romperse en mil pedazos. Fue catastrófico enterarme de su partida, supe que algo andaba mal, pero sin duda fue más terrible aún cuando me entere que dicho viaje no tenía final. Ahora en realidad no sé que hacer, no sé si ponerme a llorar hasta que mi corazón diga basta o hasta que en mis ojos no haya más lágrimas que derramar, quizás puedan ser las dos, o quizás ninguna cosa pase jamás. pero estoy segura que el tiempo me hará fuerte, pero esto jamás lo podré olvidar. No lo podré olvidar, por que ella llego a mi vida para nunca salir, llego a mi vida y me enseño tantas cosas, me enseño que una persona, por más pequeña que sea, puede querer muchisimo y a la vez hacerse amar de la misma manera, me enseño que si hay amores desinteresados, amores que simplemente son eso; AMORES. Me enseñó que yo era capaz de amar en una medida que ni yo misma tenía conciencia, que podía hacerme tan responsable, tan fuerte, y tan valiente por verla feliz. Me demostró que cambiaría todo lo bueno que tengo en mi vida por tenerla a mi lado y por sentir su amor. Me enseñó tantas cosas, pero hay algo que creo que no aprenderé con o sin ella; A vivir sin extrañarla, sin recordarla, sin querer salir corriendo a buscarla hasta el fin del mundo si es preciso y traerla de regreso. Sonará que estoy bien azotada, pero creo que es la verdad, no sé si alguien me puede comprender, no sé si alguien ha sentido la desesperación de sentir que jamás en su vida (aunque no sea cierto del todo) volverá a ver a esa persona, ya no se diga abrazarla, besarla y retenerla para siempre. ♥ Digo aunque no sea cierto del todo, por qué se que así como fue de repentina su partida, puede ser repentino su regreso, pero por lo tanto, tendré que aprender a vivir con o sin ella, con o sin su compañia, sus sonrisas y sin toda esa alegría que siempre trae consigo. 

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