Duele que esa supuesta familia que me dijo "A partir de hoy ya no estarás sola" sea la primera en abandonarme.
Aquí está un fragmento de la carta que simboliza toda mi estadía en ese lugar, junto a esa familia.
"Hubo momentos en que creí tener la partida perdida. En que creí que era mejor retirarme y dejar de jugar. Fue en ese momento, en el que más lo necesitaba que Dios me brindó una nueva oportunidad. Que me permitió conocer personas que lo dieron todo por mi y me apoyaron hombro con hombro y corazón con corazón, aún sin conocerme. Gracias a ellos y a Dios puede exclamar con inmensa alegría ese grito que jamás olvidaré: ¡SOY LIBRE!"
Y aunque por hoy yo ya no estoy ahí, mis pensamientos no cambian en mucho, esas personas me apoyaron en muchas ocasiones y he agradecido a todas y cada una hasta el cansancio, sin embargo no he aprendido mucho de mis errores.
Porqué el día de hoy siento muchas cosas muy presentes, que quisiera enfatizar:
1.- No debería jamás por nada del mundo dejar a mi familia.
2.- Ninguna persona te quiere y te ama con el amor de Dios y por esa misma razón no debemos ver a las personas como Dios, podemos tenerlo a Él sin intermediarios.
3.- Todo en ésta vida está compuesto de círculos que se deben cerrar para que otros puedan abrirse; es a lo que me gusta llamar trascendencia.
Una vez que comprendí éstos puntos me di cuenta que por más que me haya ayudado esa agrupación mi lugar ya no era ahí y me costó mucho desprenderme de lo que durante dos años había trabajado, la gente con la que me había encariñado y todo a lo que me había ACOSTUMBRADO.
Y por costumbre no vale la pena hacer las cosas, llegó el punto en el que me pregunté a mi misma ¿En dónde está el amor con el que cada mes iba a servir? me dio mucha tristeza darme cuenta y aceptar que las habladurías de la gente y la problemática trastornaron tanto mi percepción que lo único que podía hacer era irme, por mi propio bien salir corriendo de ese lugar, esa hermosa familia que se estaba convirtiendo en un campo de batalla.
Hoy me vengo a enterar de ellos, de sus noticias y vienen a mi mente muchos recuerdos y mucha añoranza, quisiera correr hasta allá y al llegar a la puerta gritar algo así como: ¡NO ME HE IDO, SIGO AQUÍ INCONDICIONAL! pero la verdad no es así, me amo a mi misma y por mi bien no puedo estar así, es triste tener que ver como extraños a los que un día fueron mi grupo, es triste tener que ser solo un espectador más y ver las cosas desde afuera.