jueves, 6 de junio de 2013

Indecisiones vespertinas



Eres lo único que me podría detener y sin embargo no lo haces.
Pero más sorprendente aún es que a pesar de tu ausencia y de tu indiferencia sigo aquí. 
Aquí estoy fiel a mis sentimientos, fiel a mis convicciones ¿Servirá de algo? No lo sé y sin embargo lo hago.
Una vez más te miro y tú no me miras, te hablo y tus labios ni siquiera se mueven, tus oídos no escuchan. 
¿Por qué me enamoré de ti? Jamás creí reconocer que estoy enamorada y mucho menos darme cuenta que a tus raíces estoy atada. 
Soy un espíritu libre y siempre lo he sabido, soy como un ave que emigra de un lugar a otro instintivamente, en busca de lo mejor para ella, en busca de su supervivencia. Pero cuando te encontré amarré mis alas a tus raíces y decidí quedarme, por ti, por mi; por nosotros. 
Y es tan desesperante que las dudas comiencen a aparecer, que comience a preguntarme si todo esto vale la pena...
Aún recuerdo cuando te conocí que dijiste que jamás detendrías mi libertad, que me amaste por ser libre, que tú no ibas a cambiarme... Vaya ironía, resultó que yo misma decidí cambiar por ti. Decidí ser el pájaro enjaulado que canta para su dueño, decidí ser un tornado reprimido ante la belleza de un hermoso arcoiris. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario